martes, 4 de octubre de 2016

CARTA DE LUISA SIGEA AL PAPA PABLO III EN CINCO IDIOMAS. (1546).

Escrita originalmente en cinco idiomas: latín, griego, hebreo, árabe y caldeo, en 1546, aparece reproducida en:
  • Pacheco, Miguel. Vida de la Serenissima Infanta D. María, hija del rey D. Manuel, fundadora de la insigne capilla de Nuestra Señora de la Luz. Lisboa: Officina de Ivan de la Costa, 1675, ff. 96v.-97r
  • Cerdá y Rico, Francisco. Clarorum hispanorum opuscila selecta et rariora tum latina, tum hispana. Madrid: Antonio de Sancha, 1781.
  • Allut, Paul Auguste. Aloysia Sigea et Nicolas Chorier. Lyon: Chez N. Scheuring, Libraire-Editeur Imp. de Louis Perrin, 1.862, pág. 7, pp. 25-26.
  • Silvestre Ribeiro, José. Luiza Sigea. Breves apontamentos historico-litterarios. Memoria apresentada á Academia Real das Sciencias de Lisboa, pelo socio effectivo José Silvestre Ribeiro. Lisboa: Typographia da Academia, 1.880, pp. 25-26.
  • Bonilla y San Martín, A. “Clarorum Hispaniensium epistolae ineditae ad Humaniorum Litterarum Historiam Pertinentes”, in Revue Hispanique, VIII, 25-28 (1.901), pp. 122-123.



  • “Obtuleram iamdiu Sanctitati tuae quosdam ingenioli mei flosculos, studiosi instar agricolae qui florentibus primum plantulis, deorum cingit aras, ut iis propitiis, ad iustam proceritatem exsertae, uberiores fructus ferant. Nan vero iugi studio, provectiori aetate et cura vigilantissima, cum ad aliquanto maiores litterarum provetus essem provecta, operae duxi pretium maturiorum fructuum indicaturam linguarum varietate exornatam ad Sanctissimos pedes tuos, vere pontifex maxime, profundere. Accesit etiam Britonii poetae egregii ac philosophi suasus, cui, si bene memini, abhinc sexennio immaturas primitias audacula ad Beatitudinem tuam perferendas curaveram. In sano nuper a nobis sub rusticum pudorem quadam epistola prorsus excussit, adserens id, quod per totum orbem christianum fama celebrat, te celestis aulae clavigerum, “qui aperis et nemo claudit, qui claudis, et nemo aperit”, non ut mortales principes solent, difficilem, non morosum, non parcum, quin humanissimum atque in bonos propensissimum esse. Sed ne tot epistolarum numero Sanctitatis tuae aures gravioribus hac tempestate negotiis defatigatas obtunderem, Musae meae modulos apposui, quod Beatitudinem tuam numeris potius quam oratione soluta audierim delectari. Accipiat igitur loeta fronte “Syntram” in gratiam Mariae Portugalliae Infantis Serenissimae editam, quippe cui nostras operas eo libentius locamus quod, quemadmodum cum Caesare ac reliquis monarchis sanguinis spledorem, sic cum Musis rationem studiorum habet coniunctissimam; quod si sexui, ingenio et eruditione nostrae, sacratissimo pontificatu tuo florente, favere caeperit tua Sanctitas immortale hoc cum aliis innumeris beneficiis tota celebrabit posteritas.
    Valeat felicissime Sanctitas tua ut commissum sibi gregis christiani ovile pascat ac muniat.
    Apud invictissimi Portugalliae Regis aulam.
    Anno MDXLVI.
    Tuae Sanctitatis pedibus provoluta ancilla humillima.
    Loysa Sygea Toletana.”

    “Hace ya tiempo había ofrecido a Vuestra Santidad, algunas florecillas de mi humilde ingenio, a la manera del agricultor diligente, que con las primeras plantas florecidas ciñe los altares de los dioses, para que bajo la protección de éstos, una vez que crezcan hasta su justa medida, produzcan frutos más abundantes. Pero ahora que un estudio constante, la edad y un sentido mucho más despierto me han hecho progresar hacia una producción literaria un poco más importante, he considerado que valía la pena extender ante vuestros santísimos pies, verdadero Pontífice Máximo, una muestra de mis frutos más maduros, adornada con variedad de lenguas. Aunque nunca me hubiera atrevido a ello si no me hubiera persuadido con sus hábiles palabras el egregio poeta y filósofo Britonio, a quien, si recuerdo bien, hace unos seis años, con la audacia propia de la juventud, había confiado mis inmaduras primicias para que las hiciera llegar a vuestra Beatitud. Éste hace poco, en verdad, con una carta suya me ha liberado totalmente de un temor algo ingenuo que se había apoderado de mi persona, al asegurarme lo que a través de todo el Orbe Cristiano la fama celebra, a saber, que Vos, quien lleváis las llaves de la Corte Celestial, que sólo Vos abrís y nadie cierra, que Vos cerráis y nadie abre, no sois, como suelen serlo los príncipes mortales, ni irritable ni malhumorado ni reservado, sino el más humano, el más clemente y, entre los buenos, el mejor. Y para no cansar con una carta tan larga los oídos de vuestra Santidad, agotados con los negocios más graves de este tiempo, he añadido ritmos a mi Musa, porque he oído que Vuestra Beatitud se complace más con los versos que con la prosa. Recibid, pues, con alegre semblante nuestra “SYNTRA”, escrita enhonor de la Serenísima Infanta María de Portugal, a quien ciertamente ofrecimos nuestras obras con un gran placer al estar íntimamente ligada al César y a los demás monarcas por el esplendor de la sangre y a las Musas por el interés de sus estudios. Pero si vuestra Santidad, mientras florece vuestro Santísimo Pontificado, comenzara a interesarse por mi persona, por mi ingenio y por mi erudición, toda la posteridad celebrará este inmortal beneficio con otros innumerables poemas.
    Que tenga salud Vuestra Felicísima Santidad para hacer crecer y proteger el redil del rebaño cristiano que le ha sido entregado.
    En la corte del invencible Rey de Portugal.
    Año 1.546.
    Postrada a los pies de Vuestra Santidad, la más humilde sierva,

    (Traducción de Raúl Amores).

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