Los poemas fúnebres serán reproducidos, entre otros, por:
«Docta SYGAEA iacet gélido sub marmore, cuius
ob mortem maerens heu gemit Hesperia.
Et merito, quoniam Hebraea, Graeca atque Latina,
non secus ac patria, voce perita loqui.
Invida mors rapuit idiomata tanta puella
in tenera admirans accumulata simul».
Loysae SIGAEGAE sui saeculi Minervae: Toletum nascentem, excepit Lusitania, honores & divitias dedit: Burgi maritum unicamque filiam, & pro dolor ante diem sepulcrum, Anno salutis MDLX. Octobris, die XIII.
«La sabia Sigea yace bajo el gélido mármol,
de quien España gime con aflicción su muerte.
Y ello justamente, puesto que en la lengua hebrea, griega y latina,
como si fuese la propia, se expresó de manera experta.
La celosa muerte nos la arrebató maravillada ante tanto idioma
junto acumulado en una joven doncella».
Luisa Sigea Toledana fue la Minerva de su siglo. En Toledo nacida, acogida en la tierra Lusitana, honores y riquezas le dio. Su marido burgalés y su única hija, en el sufrimiento del día de su entierro. Año 1560, 13 de octubre.
«Hic sita SIGAEA est: satis hoc: qui cetera nescit
Rusticus est: artes nec colit ille bonas».
«Aquí yace Sigea. Esto basta. Quien ignora todo lo demás,
es un rústico, poco conocedor de las Buenas Artes».
«Delicia Phoebi, Musarum fama, decusque
SIGAEA Hesperiae, conditur hoc tumulo.
Omnes, quae sonuit linguas SIGAEA, σιγήσει,
Hanc tamen aeternum fama loquetur anus.
Hebrae et Graece scivit, scivitque Latine,
Omnibus excellens dotibus ingenii:
Calluit ingenuas artes, pietate fideque
insigni, o, quamtam mors violenta rapis ».
«Delicia de Febo, fama de las Musas y honra
de Hesperia es Sigea, que está embalsamada en este túmulo.
Todas las lenguas antiguas que pronunció Sigea, hoy guardan silencio,
sin embargo, de ésta la fama eternamente hablará.
Hebreo y griego supo, supo latín,
de excelente ingenio para todas ellas dotadas:
fue experta en las artes liberales, con la piedad y la fe
engalanada. ¡Oh, con cuánta violencia la muerte te arrebata!
»
«Tu quicumque times quod lingua doctus utraque
Graium clameris Romulidumque sophos.
En tenere in tumulo iacet hic Hispana puella
Cui legere hos libros ludus amorque fuit,
Hanc et Arabs, Syriusque potens, et cultos Idumes,
In proprio natam crederet esse solo.
Si nomen patriamque rogas: Loysa Sigaea,
Toleto nata est, Pieridum decima».
«tú te preguntas en qué lengua eres docto, y en cual de las dos, el griego y la de los romanos, te proclamabas sabio. Mas he aquí que, tiernamente, en esta sepultura yace una muchacha hispana, para quien leer estos libros fue su juego y amor, y fue poseedora ésta del conocimiento del lenguaje árabe y siriaco, y del hebreo, que se creía que era como su propia lengua nativa. Si me solicitas su nombre y su patria: Luisa Sigea, nacida en Toledo, décima de las Piéridas (Musas)».
«D. O. M. [Deo Optimo Maximo]
LOISIAE SIGAEAE FOEMINAE INCOMPARABILI
CUJUS PUDICITIA CUM ERUDITIONE LINGUARUM
QUAE IN EA AD MIRACULUM USQUE FUIT
EX AEQUO CERTABAT.
FRANC(ISCUS) CUEVAS MOERENTISS.
CONJUGI B. M. P.[Bene merenti posuit.]
VALE BEATA ANIMULA CONJUGI DUM VIVET
PERPETUAE LACHRYMAE».
«En el nombre de Dios Todopoderoso.
A Luisa Sigea, mujer incomparable,
cuya honestidad, con la erudición de las lenguas
en las que llegó a ser portentosa,
pudo igualarse.
Francisco Cuevas, su afligidísimo
esposo. Fue digna de Mayor Dicha.
Adiós, feliz almita para tu cónyuge, quien mientras viva
derramará perpetuas lágrimas».
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